La semana pasada te presentábamos en nuestra página de Facebook a la Orquesta de Instrumentos Reciclados del barrio de Cateura en Paraguay. Hoy queremos dedicar el post de Mi Trastero a esta iniciativa artística y solidaria con el medioambiente, que utiliza el poder de la música para transformar la vida de los jóvenes de este barrio, en riesgo de exclusión social.
Este vertedero recoge la mayoría de la basura procedente de Asunción, y que es el sustento de sus habitantes. Su manera de ganarse la vida es buscar entre los desechos para encontrar objetos que puedan reutilizar o vender. En este contexto insalubre y rodeados de pobreza, crecen niños y jóvenes. Con la idea de ayudar a todos ellos a salir de la pobreza, el técnico medioambiental y músico aficionado, Fabio Chávez comenzó a crear en 2006 el proyecto de la Orquesta de Instrumentos Reciclados.
Con latas, platos de aluminio, tapones de plástico, piezas de madera, utensilios de cocina o trozos de tuberías han fabricado guitarras, violines, saxofones, tambores, flautas y todos los instrumentos que forman parte de la orquesta. Sus componentes, de entre siete y veinte años, van rotando, con el paso de los años, a medida que van creciendo o sus circunstancias personales cambian. Además de enseñarles música y ensayar dos veces a la semana, Fabio, junto con otros músicos voluntarios, orienta a los chicos y hace de psicólogo, ya que muchos llegan solos y sin familia, con problemas derivados de las drogas, la violencia o la indigencia.
Poco a poco la orquesta fue dándose a conocer y comenzaron las actuaciones, primero en Asunción y luego en el resto del país y el extranjero, llegando este pasado mes de agosto al Kennedy Center de Washington, en su debut en la capital estadounidense.
Desde 2010 se está produciendo un documental, titulado Landfill Harmonic (La armonía del vertedero) con la orquesta y sus músicos como protagonistas y cuyo estreno se prevé en 2014, después de varios problemas por falta de financiación. El proyecto continúa su crecimiento y Chávez ha recibido diversas propuestas para extenderlo a otros lugares de África o Haití, que se encuentran en una situación similar a la de Cateura.
Un proyecto que a la vez que cuida nuestro planeta nos demuestra que un futuro mejor es posible para los sectores sociales más pobres y desfavorecidos.